viernes, 5 de septiembre de 2014

La Ceramo, vestigio de la pasión por la cerámica.

Esta historia comienza en 1855, cuando Josep Ros Furió, un apasionado de la cerámica, decide recuperar la técnica de los alfares musulmanes del reflejo metálico. Nace así la fábrica de cerámicas y mayólicas La Ceramo. De ella salieron las cerámicas que decoran edificios de la ciudad tan famosos como La estación del Norte o El Mercado Central entre otros.


En el edifico de estilo neomudéjar construido de ladrillo, llama la atención su portada, con un arco de medio punto, sostenido por dos columnillas  que no lo sostienen ya que son decoración. Sobre la puerta en el centro del arco una media luna azul, con el número, una placa con el nombre de la fábrica, y sobre ésta un simplificado escudo de la ciudad.  Por encima hay un relieve con una inscripción en árabe. A ambos lados se levantan dos torrecillas de traza gótica.


En el interior más sorpresas, encontramos la zona residencial, donde vivían los propietarios,  y la zona de producción. En esta última se encontraban espacios tan singulares como las balsas para la decantación y limpieza del barro, la leñera o los hornos,  tres para cocción normal y uno para reflejos metálicos.

Pese a formar parte de la historia y memoria y su importancia como ejemplo de una manera de vivir y trabajar de una época, su estado actual de deterioro y abandono es alarmante. Varios colectivos y asociaciones piden desde hace tiempo una intervención que convierta el edifico en un espacio público y útil. Sin embargo ni su propietario ni las autoridades competentes se hacen cargo y además del estado de ruina que tienen ya algunas partes existe la amenaza de construcción de un edifico de 5 plantas.



Esperemos que los responsables de esta situación recapaciten y en un futuro no muy lejano podamos disfrutar de la arquitectura y patrimonio valenciano  en  Avinguda Burjassot, 142.


Carmen T. Costa

No hay comentarios:

Publicar un comentario