Nos remontamos hasta el año 1589, una gran riada destruye el
puente de madera o mampostería camino natural de conexión de la ciudad de
Valencia con el puerto. Es entre 1592 y
1595 cuando Francisco Figuerola, cantero de Xátiva y “lapicida sive architector” se encarga de reconstruirlo, esta vez utilizando sillares.
El Pont de la Mar es una obra de cantería construida con piedra de sillar, de 160 metros de
largo y 8,35 metros de ancho. Cuenta con diez arcos ojivales rebajados de 15.5
metros de luz y dos casilicios con las figuras de la Virgen de los Desamparados
y San Pascual siendo éstas de 1946 y 1943 respectivamente, ya que las
anteriores fueron destruidas en la guerra civil.
Desde su construcción ha sufrido diferentes modificaciones,
las bolas en la balaustrada y los asientos de los muros laterales son del siglo
XVIII, en 1933 Javier Goerlich realiza las escalinatas y los pináculos que
adornan ambos lados del puente y éste pasa a ser peatonal, siendo en la actualidad
unos de los dos únicos puentes cerrados al tráfico de vehículos junto al puente
de Serranos, el cual sufre esta modificación en 2012.
El último de sus cambios lo sufre junto al río,
cuando después de la riada de 1956 se decide desviar el cauce del Turia y gracias a la presión social y el
movimiento ciudadano “ el riu es nostre i el volem verd” , el antiguo cauce se convierte en un lugar de
ocio y naturaleza.
Ahora bajo sus arcos encontramos una gran alberca circular
en cuyas aguas podemos ver reflejados muchos siglos de la historia de
esta ciudad.
Carmen T. Costa
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